La Ruta Humboldt es uno de los viajes más completos y menos conocidos de Colombia. Une la Amazonía, la Orinoquía y territorios indígenas a través de ríos, selva, sabana y formaciones rocosas únicas como los Cerros de Mavicure y El Tuparro.
Recorrimos esta ruta durante 8 días navegando el río Orinoco, caminando por algunos de los paisajes más remotos del país. En esta guía te contamos cómo es el viaje, qué se vive en cada etapa y qué deberías tener en cuenta si estás pensando en hacerlo.
Empecemos!
Qué es la Ruta Humboldt y por qué es un viaje único?
La Ruta Humboldt toma su nombre del explorador alemán Alexander von Humboldt, quien quedó profundamente impresionado por el Raudal de Maipures durante su paso por estas tierras a comienzos del siglo XIX, al punto de considerarlo la octava maravilla del mundo.
A nosotros el viaje nos fascinó porque gran parte del recorrido se hace en lancha y se atraviesan lugares tan hermosos como la Estrella Fluvial de Inírida, uno de los sistemas hídricos más importantes de Colombia, donde confluyen ríos como el Inírida, el Guaviare, el Atabapo y el Orinoco.
Sin embargo, lo que hace especial a esta ruta no es solo la suma de atractivos, sino la sensación constante de estar lejos de todo. No es un viaje cómodo ni turístico en el sentido tradicional, pero sí profundamente auténtico.
Resumen rápido de la Ruta Humboldt en Colombia
- Día 1: Inírida y comunidades indígenas
- Día 2: Estrella Fluvial de Inírida
- Día 3: Cerros de Mavicure
- Día 4: Caño San Joaquín
- Día 5: Navegando por el Orinoco
- Día 6: Parque Nacional El Tuparro
- Día 7: Puerto Carreño
- Día 8: Fin del viaje
Itinerario de la Ruta Humboldt (nuestra experiencia)
Día 1 y 2 – Llegada a Inírida y Estrella Fluvial del Sur
Nuestro viaje comenzó en Inírida, capital del departamento del Guainía. Allí nos recogió nuestro anfitrión. Por la complejidad logística, esta ruta se realiza mejor con operadores locales que conocen el territorio y trabajan con las comunidades indígenas. Si quieres hacer este viaje, aquí puedes escribirnos y te orientamos.
El primer día visitamos el Ecoparque Kenke, un espacio que combina naturaleza y saberes ancestrales. Allí pudimos ver la famosa flor de Inírida en su hábitat natural y compartir con una familia indígena que nos habló sobre su relación con el territorio, las plantas y el río.
Al día siguiente madrugamos para navegar por el río Inírida rumbo a la Estrella Fluvial del Sur. Durante el recorrido pasamos por la desembocadura del río Guaviare y el río Atabapo, donde fue inevitable darnos un baño en sus aguas rojizas. Más adelante visitamos los petroglifos de la comunidad del Coco.
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Día 3 y 4 – Cerros de Mavicure, Cerro Pajarito y Caño San Joaquín
Este fue, sin duda, para nosotros uno de los días más memorables de toda la Ruta Humboldt. A las 4:30 a.m. iniciamos el ascenso a los Cerros de Mavicure, todavía de noche. La caminata no es tan exigente, dura más o menos 1 hora, pero sí tiene tramos empinados y rocosos, que pueden dificultar un poco el ascenso.
Llegar a la cima del cerro al amanecer es una experiencia difícil de olvidar. Frente a nosotros se desplegaba la inmensidad del río Inírida, los cerros Mono y Pajarito y una selva que parecía no tener fin. Más tarde visitamos los raudales de Zamuro y Cualet, donde tuvimos la suerte de avistar toninas, los delfines de río.
El cuarto día caminamos desde la comunidad indígena de El Remanso hasta el Cerro Pajarito. Luego volvimos a tomar la lancha, que esta vez nos llevó hasta las aguas rojizas de Caño San Joaquín. El baño allí, por supuesto, fue obligado.
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Ruta Humboldt: Día 5 y 6 – Navegando el río Orinoco rumbo a El Tuparro
El quinto día marcó una transición importante en la ruta. Después del desayuno, volvimos a navegar por el río Inírida para tomar el río Orinoco rumbo al Caño Matavén. Durante este trayecto tuvimos la enorme fortuna de encontrarnos con una nutria gigante, una experiencia realmente increíble.
Mientras avanzábamos por el Orinoco, dejábamos atrás el departamento del Guainía y nos adentrábamos en el Vichada, hasta llegar al Parque Nacional Natural El Tuparro. El ingreso al parque se hace caminando desde la orilla del río hasta el campamento base, un trayecto que ya anticipa la inmensidad del paisaje.
Al día siguiente exploramos El Tuparro. Subimos al Cerro Guahibo para obtener una panorámica del Raudal de Maipures. Luego bajamos a las orillas del raudal para ver la roca de El Balacín y frente a este, escuchando la fuerza del agua y su inmensidad, entendimos porque impactó tanto al explorador Alexander von Humboldt.
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Día 7 y 8 – Puerto Carreño y fin del viaje
Después de explorar el Parque Nacional Natural El Tuparro, uno de los lugares más impresionantes de Colombia y, paradójicamente, uno de los menos conocidos, volvimos a montarnos en la lancha hacia la comunidad de Caño Lapa. Allí compartimos con los locales y disfrutamos de un baño en las aguas del caño.
Por la tarde iniciamos el regreso en lancha a Puerto Carreño, capital del Vichada, pasando por la comunidad de Garcitas y haciendo una parada en el Cerro Bandera para ver el atardecer. El último día solo quedó despedirnos de nuestro anfitrión y esperar el vuelo de regreso a Bogotá.
Importante: Recuerda que en Travelgrafía, además de crear guías de viaje basadas en nuestra experiencia, también trabajamos con agencias de viaje especializadas en rutas de naturaleza y cultura. Si quieres cotizar este viaje, puedes contactarnos a través de este formulario.
Lo que nadie te dice sobre la Ruta Humboldt
La Ruta Humboldt no es un viaje convencional, y eso es justo lo que la hace tan especial. Antes de decidirte a hacerla, hay varias cosas que vale la pena tener claras.
- No es un viaje cómodo: No hay hoteles de lujo ni duchas calientes. Se duerme en alojamientos sencillos, campamentos y comunidades indígenas, y los trayectos fluviales son largos. Si buscas comodidad total, este no es el viaje indicado.
- El clima es impredecible: Estás viajando entre la Orinoquía y la Amazonía, así que la lluvia puede aparecer en cualquier momento, incluso en temporada seca. El calor y la humedad son constantes, y hay que estar preparado para mojarse y sudar.
- La conectividad es prácticamente nula: Durante varios días no hay señal de celular ni internet. Para nosotros, esto fue parte de la experiencia, desconectarse de todo para conectar con el entorno, el río y las comunidades.
- El papel del guía es fundamental: Este no es un recorrido para hacer por cuenta propia. Los guías locales conocen los ríos, las comunidades y las dinámicas del territorio. Viajar con ellos no solo es más seguro, sino también mucho más enriquecedor.
- No es un viaje barato, pero vale cada peso: La logística, los traslados fluviales, los permisos, las entradas a parques nacionales y el trabajo con comunidades hacen que sea un viaje costoso en términos de presupuesto. Aun así, es una de las rutas más completas que hemos hecho en Colombia.
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Consejos antes de hacer la Ruta Humboldt
Mejor época para viajar: Los meses con menos lluvias suelen ir entre diciembre y marzo, aunque el clima puede variar. En temporada de lluvias algunos trayectos fluviales cambian y el viaje puede ser más exigente.
Qué llevar: Ropa ligera de secado rápido, impermeable, gorra o sombrero, protector solar, repelente, linterna frontal, sandalias y zapatos de trekking que se puedan mojar. Una bolsa seca es prácticamente obligatoria para proteger tus equipos de la humedad.
Vacunas: Aunque es recomendable consultar con un médico antes de viajar, la vacuna de la fiebre amarilla es altamente recomendada.
Si viajas desde o hacia el extranjero, contar con un seguro de viaje es fundamental. Nuestro aliado Heymondo ofrece buenas coberturas y, a través de este enlace, puedes acceder a un 5% de descuento exclusivo para lectores de Travelgrafía.
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¡Nos vemos en el camino!
